Casas coloniales convertidas en
negocios
Jirón Pizarro ostenta elegante arquitectura
colonial
El centro de Trujillo es reconocido por conservar aún la arquitectura de la
época colonial. Las casonas que pertenecieron a ilustres familias han sido compradas
y restauradas por los bancos, mientras que las casas que fueron construidas con
barro y quincha son, ahora, utilizadas como espacio de diversos negocios.
Caminando por el jirón Pizarro podemos apreciar muchas de ellas manteniendo
su arquitectura colonial, sus balcones de madera tallada y sus
elegantes diseños. Otras, un poco más sencillas, son tiendas de ropa, supermercados,
bares, librerías, tiendas de artesanía peruana, lavanderías, restaurantes y
cafeterías; siendo estos dos últimos los negocios más relevantes en este jirón.
Uno de los usos más peculiares que se le ha dado a las casonas es el de la Casa del Pueblo, local del Partido
Aprista Peruano. En el portón de la
entrada una pequeña pizarra nos indica que se
ofrece un menú a sólo 3 nuevos soles. “Esta fue la casa de la servidumbre de la
familia Iturregui que el jefe (Víctor Raúl Haya de la
Torre) compró para el
pueblo. El precio del menú es una ayuda para nosotros”, cuenta el señor José López Jiménez, un anciano de 75 años.
Mucha gente visita frecuentemente el
jirón Pizarro ya que es un buen lugar para hacer compras Marina Chinchay Minaya
(63) y Stephanie Jáuregui Cárdenas (20) ellas comentan que es un buen lugar para poder
pasear o hacer compras. “No tiene nada que envidiar a un centro comercial,
además se puede encontrar de todo a buen precio “cuenta Chinchay Minaya.
Las cuadras 5, 6 y 7 del jirón Pizarro han sido convertidas en
un paseo peatonal donde la gente no solo disfruta de la hermosa arquitectura de
las casas y casonas coloniales, sino que, también, realiza compras en los
establecimientos comerciales.
Lucia Miranda Damián
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